Este capi va a ser un poco de relleno :)
Durante el capi pasarán dos meses hasta el día en el que se van a Roma :3
No podíamos saltarnos algunas cosas y tampoco podíamos tirarnos capítulos y capítulos escribiendo lo que pasa hasta que pasaran los dos malditos meses, que por cierto son septiembre y noviembre ;)
¡Esperamos que os guste!
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Los próximos meses pasaron tranquilos, bueno, no tan relajados como se pensaban.
Hina y Lenna publicaron en el periódico del instituto, todo lo que había ocurrido durante sus primeras semanas en el Florence: el caso del Matraz de fondo redondo, que al final fue asesinado por su salvador (irónico, ¿no?), las incesantes cuestiones sobre el amor secreto de Salvatore, las distintas noticias de las parejas que se habían formado durante aquel periodo, la rivalidad entre Sora y Carlo y una de las noticias “¡Boom!” del periódico (por parte de Hina) fueron los tonteos de Joe y Momo.
Todas causaron un gran revuelo haciendo famosos por un tiempo a nuestros protagonistas: todo el mundo les preguntaba, les seguían e incluso les sacaban fotos. Se hicieron grupos de chicas y de chicos que iban en contra de que Momo y Joe tontearan; grupos que apoyaban a Momo y otros que apoyaban a Carlo (dando a saber que Carlo era también popular entre las chicas, por difícil que parezca: era un chico guapo que jugaba al fútbol pero que era un friki de la informática y los videojuegos. Eso era lo que mermaba su popularidad.)
Hina y Lenna se aprovecharon de aquellos momentos para convertirse en las reporteras más queridas del instituto Florence: todo es mundo decía que no habían disfrutado jamás tanto, leyendo el periódico del instituto, hasta ahora.
+.-o-.+
Después de que toda esta revolución se calmase y que Hina y Lenna siguieran haciendo de las suyas, empezó el concurso de ciencia electrónica.
Todos habían dado lo mejor de sí:
Michaelo y Carlo habían construido un robot teledirigido que entendía las órdenes que le dabas.
Ganaron muchos puntos, pero la otra pareja favorita del concurso los adelantó increíblemente:
Momo y Joe, quiénes se habían tirado tardes e incluso alguna que otra noche entera sin pegar ojo, habían construido un impresionante avión teledirigido y con el interior fiel a los de verdad, de casi el tamaño de un coche familiar, que Momo y Joe guardaron en el garaje de éste.
Así fue como la pareja “JoMo” (así es cómo los llamaban los fans de su instituto) ganaron el concurso anual de informática.
Hina y Lenna le hicieron una entrevista a Carl, quien aseguraba que su mala suerte había llegado con la hermana mayor de Hina.
+.-o-.+
Algunas veces, Momo sentía que la observaban, sobre todo cuando estaba con Joe. Siempre miraba hacia atrás, pensando que vería cualquier cosa que le inquietara, pero siempre veía a algún ciudadano caminando, leyendo el periódico o sentado en algún banco.
Cuando Momo se lo contó a Joe, él se puso alerta y se convirtió, literalmente, en el guardaespaldas de Momo: pasaba más tiempo con ella y utilizaba cualquier excusa para estar cerca de ella por si acaso le pasaba algo. Mientras Momo, sabía que Joe estaba siempre con ella para protegerla y, eso, la llenaba de alegría.
+.-o-.+
Salvatore comenzaba a estar aún más cerca de Eli y pasaba más tiempo con ella.
Siempre que tenían entrenamiento, Salva se quedaba un poco más para mejorar sus paradas.
Eli, al ver el entusiasmo de Salva, se quedaba con él entrenando.
Después se iban a tomar un refresco y Salva le acompañaba a casa.
Se volvieron mucho más cercanos de lo que eran.
+.-o-.+
Las otras dos parejitas, Marc y Valen y Step y Lora, se pasaron los meses rodeados de besos, abrazos, caricias y algunas que otras escapaditas para verse cuando sus padres no les dejaban.
Ya que éstos cuatro eran mejores amigos, respectivamente, quedaban juntos seguidamente para pasar el rato.
Siempre hablaban de que era muy posible que Joe y Momo salieran pronto, y del pobre Salvatore que perdía sus oportunidades de declararse como si fueran lagartijas escurridizas.
Decidieron que iban a apoyarlos a todos.
+.-o-.+
Mientras Carlo, no se quedaba de brazos cruzados. Siempre, después de clase, se iba a la biblioteca del instituto y se ponía a investigar sobre proyectos complicados y de alto nivel, para poder superar a su rival japonesa.
Todos los días que iba, se encontraba con una chica linda y rubia, pero que de tonta no tenía ni un pelo, ya que se estaba leyendo un libro de relatividad cuántica, difícil de leer hasta para él. Pero, al parecer no para ella: leía con una calma y una concentración, que se notaba en serio que lo estaba entendiendo.
Un día, Carl decidió preguntarle que si le parecía fácil leer un volumen de aquella envergadura. Ella levantó la vista, y con sus enormes ojos marrón chocolate, le sonrió divertida. Carl la reconoció: era Mariana, una chica superdotada que estaba en su curso pero que se encontraba en otra clase. Ella le preguntó que si necesitaba ayuda con lo que fuera que estaba haciendo, que le había estado observando todos los días que había ido allí, pero que él, tan enfuscado en su trabajo, no se había dado cuenta de que ella le miraba, interesada en lo que estaba investigando.
Y así, Carl y Mariana se hicieron amigos y trabajaron juntos, en el propósito de ayudar a Carl a ganar algún día a Momo. Pero cada día que pasaba junto con Mariana, más lejos le parecía que estaba aquel propósito.
Llegó un momento en que sólo quedaban para que pudiera verla, sin prestar atención a lo que ella le explicaba, él sólo la miraba: su forma de escribir, el movimiento de sus labios cuando hablaba, el delicado movimiento que sus dedos realizaban cuando pasaba las páginas. Llegó un momento en que Momo y su propósito de ganarle le daban exactamente igual. Lo que en verdad le importaba era ella, Mariana.
Se la presentó a todos sus amigos, haciendo en el momento buenas migas con ella. Mariana se quedó alucinada con la amabilidad y desparpajo de Momo. En realidad, le cayó perfectamente bien. Todos le cayeron genial. Nunca había tenido muchos amigos, por lo tanto, aquel grupo de chicos le dieron a conocer el sentido de la amistad y sobre todo, la diversión y la alegría. Gracias a Carl, su vida había cambiado para mejor.
Carl y Mariana comenzaron a salir juntos, justamente, una semana antes de la excursión a Roma. Todos se reunieron y lo celebraron, ya que nadie pensaba que Carl encontrara nunca novia.
La verdad es que todos se sorprendieron. Aquellos dos sabihondos hacían todo lo que hacían las parejas normales: se daban la mano, se abrazaban, se besaban, sonreían tontamente… Excepto de que una “cita” para ellos significaba: “¿Estudiamos en tu casa o en la mía?”… Pero por todo lo demás, se notaba que estaban muy enamorados y se querían mucho.
+.-o-.+
Después de todos estos sucesos, llegó el fin de semana antes de la excursión a Roma. Todos estaban ansiosos y nerviosos por cómo se podría desarrollar el deseado viaje. Todos se imaginaban, a su modo, cómo pasarían los días en su bella capital.
Después de prepararlo todo, el lunes comenzó con un gran tiempo y clima, perfecto para realizar un viaje.
Nuestros protagonistas se despidieron de sus familiares y se encaminaron al instituto dónde les esperaba un autobús que les llevaría a su destino.
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Aquí os dejo una canción para que escuchéis mientras que leais el capi x3
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